Hoy es la fiesta de la Presentación del Señor en el templo

Cada 2 de febrero la Iglesia universal celebra la fiesta de la Presentación del Señor Jesús en el Templo. Santa María y San José llevan a Jesús recién nacido al templo, lugar sagrado, casa de Dios.

En la liturgia católica, el 2 de febrero está marcado por la Fiesta de la Presentación del Señor, también conocida como la Fiesta de la Candelaria. Este día, que sigue la tradición bíblica descrita en el Evangelio de Lucas, nos invita a reflexionar sobre la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la Virgen María, cuarenta días después de su nacimiento.

La festividad lleva consigo un simbolismo profundo. La luz de las velas, que los fieles suelen llevar consigo para ser bendecidas, representa a Jesús como la «Luz para iluminar a las naciones», tal como lo expresó el anciano Simeón al tomar al Niño en sus brazos en el Templo.

La Candelaria se convierte así en un recordatorio de que Jesús es la luz que disipa la oscuridad de nuestras vidas y nos guía por el camino de la verdad y la redención. Al presentar al Señor en el Templo, María y José reconocen no solo su deber según la Ley, sino también la magnitud del regalo que han recibido y la misión divina que acompaña al Niño.

En muchas comunidades católicas, la bendición de las velas y la procesión son parte integral de la celebración. Los fieles se congregan para participar en esta ceremonia, llevando consigo la luz que simboliza la presencia de Cristo en sus vidas y en la comunidad. Es un momento de renovación espiritual y compromiso con seguir la luz de Cristo en medio de las sombras del mundo.

La Fiesta de la Presentación del Señor nos insta a reflexionar sobre la importancia de presentar nuestras vidas ante Dios, reconocer Su luz en nosotros y permitir que ilumine nuestro caminar diario. En este día, la Iglesia nos invita a renovar nuestra fe, fortalecer nuestro compromiso con la justicia y vivir según los preceptos del Evangelio.

En un mundo marcado por desafíos y oscuridades, la Fiesta de la Presentación del Señor nos recuerda que la luz de Cristo es eterna y que, al seguir Sus enseñanzas, encontramos la guía y la esperanza que necesitamos para avanzar en nuestra jornada espiritual. Que esta celebración nos inspire a llevar la luz de Cristo a cada rincón de nuestras vidas y a compartir esa luz con aquellos que la necesitan.