Jornada Mundial de Oración por las víctimas de la trata y el tráfico de personas

La Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes convoca a unirse en oración y reflexión el 8 de febrero, en memoria de santa Josefina Bakhita, contra el vergonzoso crimen de la trata de personas.

En un llamado urgente a la solidaridad y la acción, la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes anuncia la convocatoria de la 10° Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. La fecha elegida, el 8 de febrero, coincide con la memoria de santa Josefina Bakhita, una mujer sudanesa del siglo XIX que fue capturada y vendida como esclava, convirtiéndose así en un símbolo de resistencia y esperanza para las víctimas de la trata.

Los obispos, denunciando el vergonzoso crimen que es la trata de personas, destacan que este flagelo causa un daño profundo en la vida de muchas personas. Advierten sobre la ferocidad de los tratantes, la perversión de quienes consumen y el silencio cómplice de muchos, creando cadenas que afectan a hombres, mujeres y niños, con consecuencias que trascienden a toda la sociedad.

En este día especial dedicado a recordar a santa Josefina Bakhita, la Comisión destaca la importancia de reconocer la extensión de este problema, señalando que «los rostros de excluidos son más de lo que creemos». Subrayan que millones de personas, de todas las edades, se encuentran cautivas y obligadas a vivir en condiciones de esclavitud, una realidad que la sociedad debe enfrentar y comprender.

La 10° Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata busca que todos, incluso las personas que son explotadas, encuentren el camino para liberarse de esa vida. La Comisión hace un llamado a la acción, invitando a aquellos que pueden «escuchar, soñar y actuar» a unirse en esta lucha. También extienden la invitación a las parroquias, instándolas a abrirse a la comprensión de esta problemática y a ser agentes de cambio en la sociedad.

Los prelados concluyen su mensaje, solicitando la intercesión de la Virgen, mujer de esperanza, y de santa Josefina Bakhita. Piden que ambas figuras les enseñen a ser artífices de solidaridad, fraternidad y amistad social. Que guíen a todos a caminar por la senda de la dignidad y a desarrollar la capacidad de escuchar, soñar y actuar en la construcción de un mundo libre de la esclavitud moderna.