Hoy, celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor

Hoy, VII Domingo de Pascua, la Iglesia católica celebra la gloriosa Ascensión de nuestro Señor Jesucristo al Reino de los Cielos.

En este Séptimo Domingo de Pascua, la liturgia nos invita a contemplar el glorioso misterio de la Ascensión del Señor Jesús. Cuarenta días después de su resurrección, Jesús corona su victoria sobre el pecado y la muerte elevándose por encima de las nubes, retornando al seno del Padre.

La Ascensión de Jesús no significa un abandono, sino más bien una promesa cumplida. Al ascender al cielo, Jesús inaugura un nuevo modo de presencia entre nosotros. Él, que ha vencido el mal y la oscuridad, ahora intercede por nosotros ante el Padre. Nos envía al Espíritu Santo, el Consolador prometido, para que permanezca con nosotros en todo momento.

Es crucial comprender que la Ascensión no marca el final de la misión de Jesús, sino más bien su cumplimiento glorioso. Desde el cielo, Jesús continúa guiando a su Iglesia, fortaleciéndonos en la fe y conduciéndonos hacia la plenitud de la vida eterna.

En este día, renovemos nuestra confianza en el Señor Jesús, quien, desde lo más alto de los cielos, nos llama a seguirlo con fidelidad. Que su Ascensión nos llene de esperanza y nos impulse a proclamar su Evangelio en todo momento y lugar.