La pobreza en Argentina alcanza niveles alarmantes según el Observatorio de la Deuda Social

El 52% de los argentinos vive bajo la línea de pobreza, mientras que la indigencia se acerca al 18%, según el informe más reciente.

En su última columna semanal en Radio Corazón, la emisora del Arzobispado de Paraná, el licenciado en ciencias políticas Gustavo Tarragona se refirió a las recientes cifras publicadas por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, las cuales revelan una situación alarmante para el país. Según el informe, la pobreza alcanzó al 52% de la población y la indigencia al 18% durante el primer semestre de 2024. Estos datos representan un aumento significativo frente al 42% de pobreza y al 12% de indigencia registrados en 2023 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), posicionándose como los valores más altos desde 2004.

Tarragona destacó que las cifras se derivan de un promedio entre el primer trimestre, cuando el 55% de los argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza y el 20,3% era indigente, y el segundo trimestre, donde los indicadores disminuyeron ligeramente al 49,4% y 15,9%, respectivamente. Estas estadísticas fueron calculadas por el Observatorio de la Deuda Social en base a microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de los primeros meses del año.

Durante su análisis, el politólogo subrayó la declaración del director del Observatorio, Agustín Salvia, quien apuntó que, si bien la situación no es tan crítica como en 2001 y 2002, el desempleo, que ha mostrado un leve incremento en los últimos meses, no alcanza el 20% que se registró en aquella época de profunda crisis. A pesar de esto, Salvia advirtió sobre dos fenómenos principales que mantienen estos elevados niveles de pobreza e indigencia: la pérdida de empleos en el sector informal y los bajos salarios en el sector formal.

«De acuerdo con Salvia, aproximadamente la mitad de los trabajadores formales del sector privado percibe ingresos inferiores a la canasta básica total, que en julio ascendió a $900.648, acumulando un aumento del 82% en lo que va del año», remarcó Tarragona, poniendo en evidencia la enorme brecha entre los salarios y el costo de vida.

En cuanto a la situación de los niños y adolescentes, Tarragona citó la encuesta realizada por UNICEF, que reflejó que el 48% de los hogares argentinos no dispone de ingresos suficientes para cubrir sus gastos mensuales. Esta realidad, señaló el politólogo, afecta de manera directa al bienestar y desarrollo de las nuevas generaciones.

Tarragona también abordó la recuperación parcial de ciertos sectores de la sociedad, como las clases medias trabajadoras y los profesionales técnicos con cierta calificación. Sin embargo, hizo énfasis en que los trabajadores de la industria, la construcción y los sectores de consumo masivo no vieron un aumento salarial proporcional a la inflación debido a la caída en el nivel de actividad económica. «El sector de trabajadores informales pobres, que cayó en la indigencia y depende de programas sociales, no ha logrado recuperarse», agregó.

Al analizar las proyecciones a futuro, Gustavo Tarragona explicó que, según los especialistas del Observatorio, se espera una reducción gradual de la pobreza y la indigencia en el segundo semestre, impulsada por un leve aumento del consumo, el pago del medio aguinaldo a fin de año, la mejora en las jubilaciones y los planes sociales. No obstante, estos esfuerzos no serían suficientes para generar una disminución significativa de los índices de pobreza para el final de 2024.

En un contexto de profunda crisis social y económica, el politólogo instó a no subestimar la gravedad de la situación y a buscar soluciones estructurales que vayan más allá de paliativos temporales. La desigualdad entre los distintos sectores de la población, así como las alarmantes cifras de pobreza e indigencia, requieren atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.

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