Qué dijo el presidente Milei sobre la ONU y cómo entender el contexto

En su columna semanal en Radio Corazón, el politólogo Gustavo Tarragona explicó el origen, la misión y las críticas históricas a la Organización de las Naciones Unidas, y analizó los cuestionamientos que el presidente argentino Javier Milei formuló en su reciente discurso ante la Asamblea General.

“La Organización de las Naciones Unidas se creó en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de evitar futuros conflictos globales y promover la cooperación internacional”, recordó Tarragona. Actualmente, está integrada por 193 Estados miembros y tiene entre sus objetivos centrales mantener la paz y la seguridad, proteger los derechos humanos, impulsar el desarrollo sostenible, prestar asistencia humanitaria y ser un foro de diálogo entre países.

El especialista subrayó la importancia de la Asamblea General, donde todos los Estados tienen voz y voto, y del Consejo de Seguridad, “compuesto por 15 miembros, cinco de ellos permanentes, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, con responsabilidades particulares en materia de paz y seguridad”.

Logros y críticas históricas

A lo largo de las décadas, la ONU ha sido protagonista de logros relevantes —mediación en conflictos, coordinación humanitaria, consensos globales en salud o cambio climático—, pero también ha recibido críticas frecuentes: “una enorme burocracia, lentitud, poder muy desigual entre los miembros, especialmente los del Consejo de Seguridad y su derecho de veto, dificultades para hacer cumplir resoluciones y dependencia financiera de muchos países”, enumeró Tarragona.

El discurso de Milei

En este contexto, analizó el discurso de Javier Milei ante la Asamblea General. Según el presidente argentino, el modelo original de la ONU se habría transformado en “un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales, que pretenden imponer modos de vida determinados”.

Tarragona resumió: “Milei criticó lo que considera un exceso del rol de la ONU: no solo mediar y promover la paz, sino decidir qué debe hacer cada nación e incluso cada individuo frente a agendas globales que él percibe como invasivas de libertades”.

El mandatario sostuvo que su gobierno no aceptará restricciones a las libertades individuales ni comerciales, y cuestionó lo que calificó como “globalismo”. Además, propuso un retorno al modelo originario de la ONU, basado en el respeto a los Estados-nación y límites al poder regulatorio internacional.

Una discusión abierta

Para el analista, las críticas de Milei no son nuevas: “La tensión entre soberanía nacional y los esfuerzos multilaterales ya había sido discutida antes. También la burocracia internacional y los posibles excesos cuando organismos internacionales adoptan normativas con impacto en legislaciones nacionales”.

En conclusión, la ONU sigue siendo un foro de cooperación global con logros y limitaciones, mientras que el discurso presidencial abre un debate que podría marcar el rumbo de la política exterior argentina: ¿reformas multilaterales, defensa más fuerte de la soberanía o un camino hacia el aislacionismo?

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